La persistencia de la restricción de divisas que afecta al país sudamericano comenzó a generar interés en distintos países, que buscan activar mecanismos de pagos alternativos al dólar para no ver afectado su comercio internacional con el país del tango y el mate. Del lado argentino, la estrategia se ha concentrado en conseguir una ampliación del SWAP con China, que generó oxígeno al sector importador en general, por el volumen de insumos que llegan al país desde Asia.
Los argentinos buscaron que Brasil, su principal socio comercial, financie sus propias exportaciones -principalmente piezas y partes para la industria automotriz-, lo que derivó en la incorporación de Argentina a los BRICS, para lograr auxilio del Nuevo Banco de Desarrollo. Mientras tanto, los titulares de los Bancos Centrales de Argentina y Uruguay, Miguel Pesce y Diego Labat, respectivamente, firmaron en septiembre pasado el nuevo reglamento operativo del Sistema de Pagos en Moneda Local (SML) entre ambos países, en una discreta ceremonia en Montevideo.
Colombia, en tanto, a través de Germán Antonio Gómez Polouno, cónsul general del país cafetero en Argentina, solicitó un encuentro con su par trasandino, el que se llevaría a cabo en el Palacio San Martin: «La relación comercial entre Colombia y Argentina siempre ha sido de complementariedad, en búsqueda de desgravación en ambos países», contó Luis Fernando Fuentes Ibarra, director de ProColombia, quien confirmó que tras la caída de ventas de Colombia a la Argentina, desde la agencia de promoción cafetera buscan activar mecanismos de pago alternativos al dólar, para así corregir el desequilibrio en la balanza.
Los registros de 2022 arrojaron un déficit para el país ubicado en el extremo norte de Sudamérica de USD 478 millones a partir de exportaciones de Argentina por USD 951 millones, frente a importaciones por USD 473 millones. Si bien históricamente Argentina mostró superávit comercial, en los últimos ciclos la tendencia creció y en el primer semestre del año se profundizó un 12% en relación a los últimos seis meses, mientras que las exportaciones hacia Colombia crecieron más de 30 puntos. En total, se comercializaron USD 717 millones con un saldo de USD 269 millones a favor de Argentina.
«En el comercio mundial, todos los países tienen la posibilidad de tener déficit o superávit» señaló Fuentes Ibarra. pero aseguró que «existen condiciones para que el comercio no mantenga una elevada diferencia como el que se presenta hoy en día», agregando que «podemos ser parte de ese valor agregado que contribuye a la formación de productos a través de la exportación de derivados de la petroquímica; plásticos; agroalimentos; calzado y prendas de vestir, elaborados por grandes manufactureros de Colombia». Además, mencionó el potencial de la industria farmacéutica y de cosméticos que experimentó un fuerte desarrollo en ese país.
El funcionario estatal colombiano indicó que la estrategia se enfoca en incrementar la integración latinoamericana a partir de profundizar la relación con Argentina, Paraguay y Uruguay, para que «permita que las empresas pequeñas y medianas con gran potencial de producción crezcan». En este punto, Fuentes Ibarra acotó que referentes técnicos de la cartera de Economía de Colombia trabajan junto a funcionarios de la Cancillería argentina, en la búsqueda de formas de pago que «hagan más fluido el comercio». La herramienta que se analiza es el Convenio de Pagos de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) al que pertenecen doce Bancos Centrales de la región y que permite cursar y compensar pagos en períodos de cuatro meses.
El acuerdo que Colombia buscará suscribir con la Argentina, contempla los saldos derivados del comercio de los países miembros, de bienes originarios y de servicios efectuados por personas residentes, de modo que al final de cada cuatrimestre sólo se transfiere o recibe, según resulte deficitario o superavitario, el saldo global del Banco Central de cada país con el resto.
Con información de El Cronista
